QUE ES LA ESTANFLACIÓN
QUE ES LA ESTANFLACIÓN
Estanflación: ¿Qué es y por qué es motivo de preocupación?
La estanflación es una situación en la que una economía experimenta un bajo crecimiento económico o estancamiento, al mismo tiempo que enfrenta una alta tasa de inflación.
Es una combinación preocupante, ya que el estancamiento económico limita el empleo y el crecimiento empresarial, mientras que la inflación erosiona el poder adquisitivo y aumenta los costos para los consumidores.
El estancamiento suele significar una baja inflación, pero la estanflación significa una alta inflación en una economía estática. Se trata de un problema grave para una economía, ya que puede estar causado por muchos factores que deben ser abordados rápidamente. La estanflación puede tener un impacto negativo en la economía y conducir a una recesión económica
La estanflación, unión de las palabras “estancamiento” e “inflación” es un término acuñado en 1965 por el entonces ministro de Finanzas británico, Ian Norman McLeod, durante uno de sus discursos ante el Parlamento. Y se refiere, a un fenómeno económico que se produce cuando una economía experimenta un estancamiento, a la vez que un alto nivel de desempleo e inflación.
En otras palabras, es una situación en la que la economía está precios suben y aumenta el desempleo. Puede estar causada por los altos impuestos y la regulación gubernamental, los altos tipos de interés o los altos precios del petróleo.

Causas de la estanflación
Se estima que una economía de mercado que funciona normalmente no es propensa a caer en la estanflación y que, de una forma u otra, puede ser causada por factores e influencias externas.
Entre los economistas no hay consenso sobre las verdaderas causas de este fenómeno, cada escuela ofrece su propia visión de sus orígenes. Sin embargo, la mayoría si coinciden en que todas las causas de la estanflación se pueden dividir en dos grupos principales:

Política económica incorrecta del gobierno del país: métodos inflacionarios para estimular la economía, aumento de precios con poder adquisitivo reducido, regulación estricta del mercado laboral.
Un cambio brusco e imprevisto en el precio de una materia prima importante para un país determinado, que provoca una caída en la producción. Estas fluctuaciones críticas incluyen la caída de los precios de compra del petróleo para el país que lo exporta.
¿Cómo afrontar la estanflación?
En definitiva, la lucha contra la estanflación ha de hacerse en el marco de una estrategia integrada que agrupe medidas de política económica importantes y necesarias para combatir la inflación con paro como una política mixta fiscal y monetaria que actúe de forma coordinada y teniendo en cuenta los efectos colaterales.
Una política de rentas complementaria indispensable esencialmente si se acepta la necesidad de un ajuste a la inflación de los salarios reales; medidas para reducir los costes de ajuste o costes de información en el mercado de trabajo, así como reformas microeconómicas para mejorar la eficiencia de dichos mercados.
Políticas regionales que principalmente traten de luchar contra el creciente nivel de dispersión del paro, dado que ello constituye un factor inflacionista de importancia; medidas consistentes en cambios estructurales e institucionales y medidas que restablezcan de manera duradera el ritmo de crecimiento de la productividad.
Evolución histórica
Tradicionalmente, y especialmente después del aparente triunfo de las Teorias Keynesianas tras la Gran Depresión, se aceptaba que la Economía de un país podía verse aquejada por dos grandes problemas: por un lado la recesión, representada con tasas de crecimiento negativo y un alto indice de desempleo.
Por otro la inflación, la espiral ascendente e ilimitada de los precios, con lo que suponía de empobrecimiento real de amplias capas sociales y la dificultad en la correcta asignación de recursos en los procesos empresariales.
Estos dos problemas se consideraban incompatibles. No podían coexistir dentro del modelo económico admitido. Y las soluciones parecían claras, tanto desde el punto de vista de la política monetaria como de la fiscal. Para la inflación, subida de tipos de interés y mayor presión fiscal y/o reducción del gasto público. Para la recesión justo lo contrario.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad de los años 60, se comenzó a percibir que un nuevo fenómeno se adueñaba de la Economía. Simultáneamente coincidían bajas tasas de crecimiento, o incluso negativas, con una fuerte inflación. McLeod, ministro de Economía del Reino Unido lo bautizó como estanflación y Milton Friedman fue uno de los pocos economistas que advirtió que las soluciones clásicas estaban condenadas al fracaso.
Si se recurría a políticas de contracción de la oferta monetaria y a la reducción del gasto público, el aspecto de desempleo y recesión se agudizaba, con la consecuente presión social. Si, por el contrario, se apostaba por una política de incremento del gasto público y por unos tipos bajos, la inflación se disparaba profundizando en la estanflación y elevando el número de parados futuros.
La estanflación se convierte en un dilema para la política monetaria que debe elegir entre las medidas normalmente usadas para incrementar el crecimiento económico y aumentar por tanto una inflación desbocada o políticas para luchar contra la inflación que reducen la actividad en una economía en situación de paro.
Normalmente los bancos centrales deben elegir entre reactivar la economía o drenarla mediante el ajuste del tipo de interés del dinero, siendo este su principal cometido. Reducir el tipo de interés provoca un crecimiento económico pero esto dispara la inflación, aumentar el tipo de interés permite luchar con la inflación pero reduce el crecimiento económico. En la estanflación se dice que ambos problemas coexisten.
Parte de la dificultad a la que los bancos centrales se enfrentan en la estanflación es que la misma ocurre selectivamente en distintas clases de activos. Por ejemplo, a finales de 2007, los valores de las casas en EE. UU. empezaron a caer (deflación) mientras los precios del consumo comenzaron a crecer (inflación). Los esfuerzos de la Reserva Federal (dígase el Banco Central de EE. UU.) para evitar la caída de los precios de las viviendas fueron dirigidos a reducir el tipo de interés para hacer las hipotecas más asequibles. Esto provocó que los consumidores tuvieran más dinero disponible al reducirse los precios de los créditos.
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